
Género: De acuerdo a la literatura, el desplazamiento forzado tiene también un patrón de género. Por una parte las experiencias del desplazamiento afectan de diferente modo a hombres y mujeres, tanto sicológica como económicamente (Meertens y Segura-Escobar, 1996: 171-175). En este sentido, Ibáñez y Vélez (2003a: 13-14) enuncian que de acuerdo a datos de la RSS, en el año 2001 las mujeres representaron el 49% de la población desplazada. De acuerdo a la ECH, en promedio de los años 2001 a 2006 las mujeres desplazadas han representado aproximadamente la misma cifra, siendo en el año 2001 algo más del 42% de la población desplazada. Esto resulta particularmente interesante dado que tanto los estudios basados en muestras de comunidades desplazadas como nuestro ejercicio con la ECH muestran un patrón de género que no se asemeja al patrón demográfico de la población total.
Adicionalmente, de acuerdo a Ibáñez y Moya (2006: 19), las oportunidades de empleo para las mujeres desplazadas se caracterizan por ser de baja remuneración, por lo que resultan insuficientes para el sostenimiento del núcleo familiar. Nuestros resultados, en particular aquellos generados para el periodo 2001-2003 muestran que las mujeres desplazadas tuvieron un ingreso promedio de $178.539, mientras que los hombres desplazados ganaron en promedio $204.745 y los hombres nativos $282.089; en Silva y Guataquí (2006) realizamos análisis más sofisticados de la descomposición del ingreso salarial, llegando a conclusiones similares con una metodología más sofisticada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario